miércoles, 10 de septiembre de 2014

El año.

Una semana después del cumpleaños todavía estamos cansados. Los tres. Agotados. Las siestas de #ebm son mas largas, mis ojeras más oscuras. Las bolsas de los ojos de marido están
en un punto que no lograba desde las trasnoches de la juventú.
#ebm cumplió años el lunes 1 de Septiembre. Festejamos un poco ese mismo lunes. Y el sábado. Y el domingo.
Me agarró muy casera este cumpleaños, así que hice un poco de todo. Pompones de papel, budines de los más variados gustos, carteles con el nombre de #ebm, mermelada, cartelitos que anuncian el sabor de las cosas que hay en la mesa dulce, muffins, afiches para armar un espacio de arte para los niños, y así.

El mismo día del cumple medio que se improvisó una reunión familiar. Sanguchitos, empanaditas, torta de banana y mate. Una semana antes del cumple, yo ya venía cocinando lo dulce como para no estar hasta ultimo momento a las corridas. Fui freezando todo.
Hice budines y muffins. Hice de vainilla, banana, mandarina, limón, banana con choco, vainilla con choco. Preparé también mermelada de naranja y de frutilla, que pude guardar porque aprendí a envasarlas al vacío, ahí gané mucho tiempo, porque las tengo hace un mes en la alacena. Sigo anonadada con mi desempeño culinario. Pero ese es otro tema.

El sábado el festejo fue en la casa de mi vieja. Me encantan los festejos, alguna vez lo dije. Amo los festejos, el ruido, las charlas, las  bebidas y la comida yendo y viniendo. Esta ocasión cambió un poco el panorama. Los que iban y venían, eran mas bien los pequeños, caminantes, gateadores y los padres atrás. Las charlas, obviamente estuvieron divididas, es mas, espacialmente estuvo todo muy dividido. Las charlas (y el espacio) estuvieron en dos sectores, mater/paternidad y el resto. Pfff. Estuve a punto de poner la maternidad por un lado y la vida por el otro, pero es como muy mucho. Un poco así fue.
La casa de mi vieja es bastante grande. El sector "mamis y papis" estuvo en una especie de living decorado para la ocasión y lleno de juguetes y críos. El sector "la vida" estuvo en el comedor, en una mesa laaaarga, llena de cosas ricas para la merencena que habíamos planeado.
El sábado fuimos cerca de 30 y pico, muchos peques, entre ellos tres de mis sobris de cuatro años que corrían de un lado al otro teniendo cuidado con los mas peques. Ámolos. Para mi, a esa edad, son jóvenes adultos, porque adolescentes son chicos como F y M, de año y medio que se hacen entender y caminan y deciden qué quieren y a dónde quieren ir.

El domingo el festejo fue en casa de mis suegros, por sus pagos. Fuimos como 70, y faltaron unos cuantos. Tuvimos mucha suerte y salió un solazo hermoso. Llego a secarse bastante el parque, así que pudimos armar una suerte de plaza blanda afuera, sobre el pasto y al sol. Fuimos muchos más adultos que peques, una mesa gigaaante en tres y pizzas de todos los sabores. En este festejo la división fue más entre familia y amigos. Todos los amigos estuvieron afuera con lo críos, toda la familia acomodada en las mesas. Música de fondo, risas y comida yendo y viniendo. Mesa dulce, tortas, budines y golosinas para los pibitos.

El lunes, para soplar las velitas hice un bizcochuelo. Había comprado cobertura, que perdí en algún punto del trayecto desde el cotillón hasta mi casa. Asi que, plan B, grana celestona y mucho brillo. De las tortas del fin de semana se ocuparon las respectivas abuelas. Una más linda que la otra. Una de animalitos a puro color, la otra, haciendo juego con la invitación, animalitos de nube.
ES-PEC-TA-CU-LA-RES. Gracias Abuelas!!

Un año. Festejos múltiples. Múltiples felicidades en un año. Y lo mejor, lo mejor de todo, la compañía y la sonrisa de #ebm.







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